Todo mi agradecimiento por el servicio de mi guía María Cristina Cid, voluntaria de los fuegos ancestrales Homa, por su paciencia, humildad, generosidad y principalmente por el amor que ella demuestra a cada ser que llega a su vida. A través de ella tuve la posibilidad de aprender la Terapia Homa que me permitió experimentar un cambio en los estados de ánimo, situando a la mente en un estado de amor. También, pude sanarme de una quemadura de gravedad usando la ceniza del agnihotra, que reestableció mi piel en 48 horas, sin marcas ni cicatrices. Otra maravillosa experiencia que compartimos fue con la agricultura, en Pucallpa, Perú donde trabajamos junto a César Mukarcel durante varios meses viendo cómo se reestablecía la cosecha de cacao y la agricultura del entorno. De esta forma, observé que en el medio ambiente con el uso de los fuegos Homa se crea un microclima a un radio de 20 kilómetros, como señal, observando que no existía escarcha sobre la producción agrícola en época de invierno.
Desde que conoció al Maestro Shree Vasant, y la disciplina del Quíntuple Sendero, María Cristina se brindó al servicio planetario a través de la Terapia Homa, ayudando a otras personas a sanarse de distintas dificultades físicas y mentales.
Hemos compartido juntas innumerables experiencias en Santiago de Chile, en la Cáscada de las Ánimas, en la Selva Peruana, en Cochiguaz, y en muchos otros lugares.
